Justyna Steczkowska: «Me gusto más que hace 30 años y estoy más preparada»

Justyna Steczkowska, la madre de dragones de esta edición de Eurovisión, se ha pasado por nuestro Conexión Basilea, y lo ha hecho con la confianza de quien lleva tres décadas sobre los escenarios. Con aplomo, experiencia y su toque de iconicidad, la polaca se mostró entusiasmada con su actuación, aunque reconoció que aún quedan algunos detalles por pulir.

Y es que uno de los momentos más espectaculares, y también más complicados, de su propuesta es el instante en que queda suspendida en el aire. «Tenemos algunos problemas», explicó con total naturalidad. «Quieren que haya alguien conmigo en el escenario para ayudarme con las asas por una cuestión de seguridad, pero esa persona es un poco más lenta que yo y aparece en cámara». También queda trabajo por hacer en la realización de otras partes: «Tenemos que ajustar bien los ángulos de cámara. Pero no es un problema, es una lección. Ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos. Estoy segura de que el segundo ensayo será mucho mejor», aseguró con la tranquilidad de quien ya sabe qué esperar de un primer ensayo.

Lo que no necesita ajustes es su vestuario. Justyna deslumbra con un mono diseñado por Katarzyna Konieczka, responsable de looks para artistas como Madonna o Lady Gaga, y que ella describe como «una segunda piel… de dragón, claro».

A sus 52 años (o 152, según bromea), este regreso a Eurovisión marca, además, el 30º aniversario de su primera participación en el festival: «Todo era en directo, con orquesta. Antes era un concierto, ahora es un gran show». La que también ha cambiado es ella. En 1995, con Sama, era joven y su entorno marcaba el camino; ahora, se nota dueña de su arte, de su voz y de su mensaje. «Entonces me decían un poco cómo tenía que ser, pero ahora soy más consciente. Me gusto más que hace 30 años y estoy más preparada, canto mejor y sé quién soy».